El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante cualquier situación que se percibe como desafiante o amenazante. Puede ser causado por un evento específico, como un examen importante o una entrevista de trabajo, o por una situación prolongada, como el cuidado de un ser querido enfermo o problemas financieros. Aunque algo de estrés es normal y puede incluso ser beneficioso, ya que puede motivarnos a actuar y superar obstáculos, el estrés crónico puede tener efectos negativos en la salud física y mental.
Los síntomas físicos del estrés incluyen dolores de cabeza, tensión muscular, palpitaciones, fatiga, cambios en el apetito y el sueño, y problemas de digestión. Los síntomas mentales incluyen ansiedad, irritabilidad, depresión, dificultad para concentrarse y olvidos frecuentes. El estrés también puede tener efectos negativos en la salud a largo plazo, como enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes.
Afortunadamente, hay muchas estrategias efectivas para manejar el estrés. A continuación, se presentan algunas de las mejores maneras de hacerlo:
- Practicar la relajación: La relajación ayuda a reducir la respuesta de «lucha o huida» del cuerpo al estrés, lo que permite a las personas manejar mejor las situaciones estresantes. Algunas técnicas de relajación comunes incluyen la respiración profunda, el yoga, el tai chi, la meditación y la progressive muscle relaxation.
- Hacer ejercicio regularmente: El ejercicio regular puede ayudar a reducir el estrés al liberar endorfinas, que son hormonas que ayudan a mejorar el estado de ánimo y reducen la sensación de dolor. Además, el ejercicio regular puede ayudar a mejorar el sueño, lo que también puede ayudar a reducir el estrés.
- Aprender a decir «no»: A menudo, el estrés se debe a la sobrecarga de responsabilidades y compromisos. Aprender a decir «no» a las tareas y responsabilidades que no son esenciales puede ayudar a reducir el estrés.
- Establecer metas realistas: Establecer metas realistas y alcanzables puede ayudar a reducir el estrés al evitar la sensación de sobrecarga y fracaso.
- Adoptar una dieta saludable: Una dieta saludable también puede ayudar a manejar el estrés. Evitar el consumo excesivo de cafeína, alcohol y alimentos procesados, y aumentar el consumo de frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros puede ayudar a mejorar la salud en general y reducir el estrés.
- Establecer una rutina de sueño regular: Tener una rutina de sueño regular puede ayudar a mejorar la calidad del sueño y reducir el estrés. Esto incluye ir a la cama y levantarse a la misma hora todos los días, evitar la exposición a pantallas antes de dormir y crear un ambiente tranquilo y cómodo para dormir.
- Buscar apoyo: Hablar con amigos, familiares, un terapeuta o un consejero puede ser de gran ayuda para manejar el estrés. Compartir tus pensamientos y sentimientos con alguien en quien confías puede ayudar a procesar lo que está sucediendo y encontrar maneras de manejarlo.
- Realizar actividades que disfrutes: Hacer cosas que disfrutes, como leer, escuchar música, practicar un hobby o pasar tiempo al aire libre, puede ayudar a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.
- Practicar la gratitud: Practicar la gratitud, es decir, ser consciente de las cosas buenas en tu vida, puede ayudar a enfocarte en lo positivo y reducir el estrés. Puedes escribir un diario de gratitud o compartir las cosas por las que estás agradecido con amigos y familiares.
- Tomar un tiempo para ti: Finalmente, es importante tomar un tiempo para ti y practicar la auto-cuidado. Esto puede incluir hacer ejercicio, leer un libro, darse un baño caliente o simplemente sentarse y respirar profundamente.
Es importante recordar que el manejo del estrés es un proceso continuo y no siempre es fácil. Lo más importante es encontrar lo que funciona para ti y ser paciente contigo mismo mientras trabajas en mejorar tus habilidades de manejo del estrés. Si sientes que no puedes manejar el estrés por tu cuenta, no dudes en buscar ayuda de un profesional de la salud mental.